Ser buenos en lo que hacemos, trabajar por nuestros sueños y metas, ser disciplinados, responsables y constantes nos hace ser personas productivas y esto es lo que la sociedad nos indica que es lo correcto y es el debido patrón que debemos seguir para ser exitosos, ser buenas personas y aprovechar al máximo nuestro tiempo.
Poco a poco las personas sienten una presión social de lo que deben ser, y comienzan a seguir este patrón lleno de reglas inalcanzables que generan frustración.
Lo realmente importante es que tengamos un balance en nuestra vida que permita darnos espacios de descanso y también de trabajo y estudio.
Ser organizados con nuestro tiempo y tener un cronograma nos permitirá distribuir mejor nuestro tiempo, pero lo mas importante será no sobrecargarnos de trabajos y metas que terminan por agotarnos y robarnos la energía que verdaderamente necesitamos.
La “productividad tóxica” nos hace sentir que no somos suficiente porque nos trazamos metas inalcanzables que serán imposibles de lograr, nos sentimos con remordimiento, te juzgas a ti mismo y demeritas lo que has logrado.
Esta productividad tóxica comienza a afectar nuestra vida personal y nuestras relaciones interpersonales, por esta razón debemos saber priorizar nuestras actividades y cada aspecto de nuestra vida.
Y recuerda que más tiempo y más sacrificio no es sinónimo de mejores resultados.