Aunque sean la misma planta, el matcha tiene un proceso de cosecha, maduración y tratamiento distinto. Para hacer el matcha, se cubren las hojas de té verde para que no les llegue de manera directa la luz del sol. Esto hace que su crecimiento tome más tiempo y que las hojas se vuelvan más oscuras. Después de este proceso, las hojas se ponen a secar y se realiza una extracción de tallos, después de triturarlos queda el famoso matcha.
Ahora que ya sabemos un poco más de su elaboración, empecemos con los beneficios:
- Una taza de matcha tiene 35 mg de cafeína, por lo que es una excelente opción para empezar el día.
- El matcha tiene un componente desinflamatorio, por lo que tomarlo diariamente podría ayudarte a evitar dolores estomacales e incluso musculares.
- El matcha tiene componentes antioxidantes como la catequina. Este antioxidante puede ayudar al cuidado de la piel y al sistema inmunológico.
- La intensidad del color del matcha nos indica su calidad, mientras más oscuro, mejor será el té.
- A diferencia del café, el matcha contiene un ingrediente llamado “teína”. La teína tiene un efecto relajante que neutraliza el efecto ansioso que puede llegar provocar la cafeína, convirtiéndo el matcha en una bebida que te da energía pero es menos propensa a estimular la producción de cortisol en el sistema.