1. Perder el tiempo lamentándose
Lamentarse es concentrarse en el problema y no en la solución y culpar a otros no te hace mejor.
Nuestra parte egoísta culpa a otros del fracaso, pero nos aplaudimos en los momentos de éxito, y por eso la clave está en hacernos cargo de las cosas que sucedan.
2. Procrastinar
Dejar todo para después pero el después nunca llega, las personas de éxito actúan en el presente hoy y ahora.
3. Esperar las mejores condiciones
Las mejores condiciones no existen, las tienes que crear tú, el viento soplara para todos igual, pero tú tienes que desplegar las velas del barco para llegar al destino deseado.
4. Envidiar el éxito ajeno
La comida alimenta el cuerpo, las palabras alimentan tu mente y la envidia es un veneno que contamina y enferma a todo el cerebro. La envidia te ayuda a concentrarte en lo que otros consiguieron, en vez de concentrarte en lo que tú puedes conseguir.
5. Actuar por impulso
Actuar por impulso te puede cerrar las puertas, por esta razón se debe pensar antes de actuar. Antes de tomar cualquier decisión, se deben tener en cuenta las consecuencias que esto puede traer.
6. Ser incumplido
No cumplir con tu palabra o llegar tarde a un lugar afectará tu imagen frente a los demás y hará que los demás te perciban como una persona irresponsable y en la que no se puede confiar, por esta razón debemos ser organizados y comprometidos para cumplir con nuestros deberes.
7. Maldecir
Como dicen por ahí eres lo que comes y eres lo que hablas. Lo que dices habla mucho de quién eres, de tus valores y de tus percepciones, debes cuidar tus palabras en cualquier espacio especialmente en el ámbito laboral y académico, para generar confianza.
8. Rendirse fácilmente
La perseverancia es uno de los valores que debemos tener más presentes cuando trabajamos por un sueño o un objetivo así que rendirse no es una opción cuando de verdad queremos algo.