Si te has dado cuenta de que cada vez más personas visten leggings, joggers o sudaderas de entrenamiento sin haber pisado el gimnasio, no estás solo: es el fenómeno global del athleisure. Lo que comenzó como una fusión entre ropa deportiva y moda urbana se convirtió en un statement cultural. Hoy, no necesitas levantar pesas para usar un conjunto deportivo de pies a cabeza. Solo necesitas querer estar cómodo y verte bien al mismo tiempo.
Este estilo nació hace más de una década, pero se consolidó en los últimos años, especialmente después de la pandemia. El teletrabajo, la necesidad de ropa funcional y el cambio de prioridades en el vestir impulsaron una revolución silenciosa: comodidad como nuevo lujo. Según Allied Market Research, el mercado global de athleisure fue valorado en 306 mil millones de dólares en 2021 y se espera que alcance los 660 mil millones para 2030.
Marcas como Lululemon, Alo Yoga y Gymshark ya no son solo para entrenar; ahora compiten en el mismo terreno estético que Gucci o Balenciaga. Incluso casas de moda como Dior, Prada y Jacquemus han lanzado colecciones con siluetas y tejidos propios del entrenamiento. La colaboración entre Nike y Jacquemus es el ejemplo más claro: tops minimalistas, tejidos técnicos y cortes limpios, pensados tanto para la pasarela como para el brunch.
Este cambio no es solo estético, sino cultural. Vestir deportivo transmite hoy una actitud: activa, relajada, “yo cuido de mí”. Es una forma visual de decir “estoy en movimiento, aunque esté en home office”. Y también responde a un estilo de vida en el que las fronteras entre trabajo, descanso y ocio se desdibujaron por completo.
Además, el athleisure conecta con valores actuales: bienestar, rendimiento personal, autenticidad. El cuerpo ya no se viste solo para ser admirado, sino para habitarlo con libertad. Por eso, no sorprende que las prendas que antes se usaban solo para entrenar, ahora estén en reuniones, aeropuertos, cafeterías y citas.
Así que la próxima vez que veas a alguien con sneakers de alto rendimiento, un top técnico y una tote bag con yoga mat… no lo juzgues. Tal vez no fue al gimnasio. Pero seguro se siente listo para todo.