A veces solo necesitas salir de la ciudad… pero sin irte tan lejos. Y aunque los clásicos como Valle de Bravo, Tepoztlán o Tequisquiapan siempre serán un buen plan, también existen pequeñas joyas cerca de la CDMX que no están llenas de turistas, pero sí de encanto visual, calma y rincones perfectos para desconectar. Ya sea con tu pareja, tu familia o tu grupito de amigos, estos destinos poco conocidos te van a sorprender (y sí, son tan bonitos como instagrameables).
Malinalco, Estado de México
A menos de 2 horas de la ciudad, este pueblo mágico es una mezcla entre lo místico y lo pintoresco. Las calles empedradas, las casonas coloniales cubiertas de bugambilias y los talleres de arte lo hacen perfecto para una escapada lenta. Visita el convento agustino, sube al adoratorio mexica y cierra el día en una terraza con vino natural. Ideal para ir en pareja o con mamá.
Aculco, Estado de México
Este pequeño pueblo se siente como sacado de una película: casitas blancas con techos rojos, riachuelos que cruzan el centro y cascadas escondidas como Tixhiñú o La Concepción. Su arquitectura colonial, los mercados con quesos artesanales y la tranquilidad absoluta lo vuelven ideal para un plan en familia. Y es fotogénico desde cualquier ángulo.
Amatlán de Quetzalcóatl, Morelos
Justo antes de llegar a Tepoztlán, se encuentra este pueblito místico, rodeado de montañas, niebla y silencio. Es conocido como el lugar donde nació Quetzalcóatl y se respira una energía distinta. Hay cabañas minimalistas, temazcales privados, senderos a cascadas y mucha espiritualidad tranquila. Perfecto para desconectar del ruido con tu pareja o amigos que aman el yoga y el journaling.
San Juan Atezcapan, Valle de Bravo (pero sin el caos)
Ubicado a unos 20 minutos de Valle, pero sin el tráfico ni las multitudes. Este rincón escondido tiene vistas al lago, caminos rurales para caminar en la neblina, y cabañas tipo glamping donde puedes hacer fogata bajo las estrellas. Si ya fuiste mil veces a Valle, aquí puedes repetir el plan pero con paz real.
Huasca de Ocampo, Hidalgo
A tan solo dos horas de la CDMX, este pueblo mágico tiene todo para un fin de semana inolvidable: calles empedradas, casas coloniales con flores en los balcones, cafés pequeños y una naturaleza espectacular. Los Prismas Basálticos son la joya natural más conocida, pero también puedes visitar las haciendas antiguas, hacer picnic junto al río o quedarte en cabañas boutique escondidas entre el bosque. Ideal para ir en pareja o con amigos que amen lo estético y la historia.
Todos estos destinos tienen algo en común: belleza real sin saturación. Son planes bonitos, accesibles y diferentes que no te harán gastar de más, pero sí te darán recuerdos inolvidables y muchas fotos para guardar (o compartir). Porque a veces, lo único que necesitas es un poco de naturaleza, una buena conversación… y menos WiFi.








