Durante años, el autocuidado se vendió en frascos: aceites esenciales, agendas para anotar gratitudes, smoothies verdes y rutinas de skincare de 12 pasos. Y aunque todo eso puede sumar bienestar, cada vez más personas están entendiendo que el verdadero autocuidado no siempre huele a lavanda ni cabe en un frasco de vidrio.
Hoy, el nuevo autocuidado es más profundo. Es decir “no puedo”, es dejar un chat en visto, es dormir más, hablar con alguien que no te juzgue… o simplemente no hacer nada y no sentir culpa por eso.
El autocuidado emocional es el nuevo lujo
Según un estudio de The Mental Health Foundation, más del 60% de las personas entre 25 y 40 años siente que las prácticas de autocuidado “clásicas” no les funcionan cuando se sienten emocionalmente agotados. En cambio, lo que más ayuda es hablar con alguien de confianza, poner límites, llorar o escribir lo que sienten.
La salud mental dejó de ser un tema tabú y empezó a entrar en las conversaciones cotidianas. Ya no hablamos solo de ir a terapia, sino de validar emociones, reconocer cargas mentales, y soltar esa idea de que siempre tenemos que estar bien.
Autocuidado real vs autocuidado de Pinterest
El autocuidado real no siempre es bonito. No siempre tiene filtro ni luz cálida. A veces es tener una conversación incómoda. O apagar el celular. O no ir a una reunión social porque simplemente no tienes energía para dar más.
Y eso está bien. Porque cuidarte no es rendir para los demás, es sostenerte tú primero.