El 24 de noviembre pasado se estrenó la película Pinocchio del reconocido cineasta mexicano, Guillermo del Toro. La película que tardó 15 años en realizarse, la mitad de su carrera, tenía la misión de demostrar que la animación es arte y no un género hecho únicamente para niños ya que, en las propias palabras del director, es “un medio que nos va a permitir hablar cosas profundas, dolorosas y hermosas de manera más adulta”. El largometraje fue realizado de manera artesanal, en gran parte, en el taller de Chucho en Guadalajara, Jalisco.
Pinocchio ha sido altamente aclamada por la crítica y muy bien recibida por el público en general. Esta se ha posicionado en el Top 1 de Netflix en el mundo a los pocos días de llegar a la plataforma, ganó el Globo de Oro a mejor película animada, y su nominación a los Oscares está casi asegurada.
Pero, además de sus discursos para reivindicar a la animación, Guillermo también ha manifestado su rechazo hacia la evolución de este género a uno creado por máquinas e inteligencia artificial (IA).
“Yo consumo el arte hecho por humanos; me conmueve profundamente […] las AI pueden extrapolar información, pero no dibujan. Nunca podrán capturar un sentimiento o el semblante, la suavidad de un rostro humano. Por supuesto, este debate se está llevando al cine y sería muy grave, Miyazaki dijo que sería un insulto para la vida misma.”
Hayao Miyazaki es otro cineasta que se ha expresado abiertamente sobre su oposición a la utilización de esta tecnología en la animación y como herramienta de efectos especiales en el cine. El Co-fundador de Studio Ghibli mencionó en la serie documental NHK Special: Hayao Miyazaki — The One Who Never Ends, “creo que nos acercamos al fin de los tiempos. Los humanos estamos perdiendo la fe en nosotros mismos.”
Aún con grandes representantes del cine en contra de estos avances tecnológicos, la IA está cada vez más presente en todos los ámbitos de nuestra vida, y el cine sin duda alguna será uno de sus grandes exponentes. Casos como el del actor Bruce Willis, quien se retiró del cine hace unos meses por problemas de salud, encontró una solución para poder seguir “trabajando”. El protagonista de Duro de matar se convirtió en el primer actor en vender sus derechos de imagen para que su rostro pueda ser recreado en películas y otros proyectos a través de la inteligencia artificial. Esto utilizando deep fakes, una técnica de machine learning denominadas deep learning (aprendizaje profundo), que utilizan algoritmos de redes neuronales.
Sin duda, un movimiento pionero en Hollywood, aunque no es la primera vez que esta tecnología se utiliza para crear contenido audiovisual de manera profesional. Se han realizado campañas de la NBA protagonizadas por jugadores de este deporte sin que ninguno de ellos participara realmente en la grabación; así mismo David Beckham realizó una campaña en contra de la malaria en la que se utilizó IA para dar el mismo mensaje en diferentes idiomas sin necesidad de grabar cada uno de ellos. Pero sin duda alguna el más impresionante, y que fue aplaudido alrededor del mundo; es el del periodista mexicano, Javier Valdez, quien fue asesinado en 2017 y que, en 2020, “revivió” para hacer un video en YouTube exigiendo al presidente Andrés Manuel López Obrador y a los gobernadores detener la violencia que día a día viven los periodistas en México, así como esclarecer los tantos asesinatos como el suyo.
Y tú, ¿qué opinas sobre esta nueva tecnología en el cine? ¡Déjanos tu opinión en los comentarios!