Si antes el café era “con leche o sin leche”, hoy es toda una ceremonia: molienda exacta, temperatura del agua, método de extracción, y por supuesto, los gramos. Bienvenido a la era del café de especialidad, donde cada taza es una experiencia medida al milímetro y donde los consumidores ya no solo buscan “despertar”, sino entender qué están tomando.
Pero esta obsesión con la precisión no nació de la nada. Es parte de una revolución global que está cambiando la forma en que vemos, preparamos y valoramos una de las bebidas más consumidas del mundo. Y lo mejor: está respaldada por números, pasión y un apetito creciente por el “buen café”.
El consumo de café no solo crece, se especializa
De acuerdo con el International Coffee Organization (ICO), el consumo mundial de café alcanzó en 2023 los 178 millones de sacos (cada uno de 60 kg), una cifra que no ha dejado de crecer en los últimos años. Y aunque países como Finlandia, Noruega y Suecia siguen liderando el consumo per cápita, Latinoamérica y Asia han visto un boom en el café de especialidad, particularmente entre jóvenes de 25 a 40 años.
En México, por ejemplo, según datos de la Asociación Mexicana de la Cadena Productiva del Café (AMECAFE), el consumo ha aumentado más de 60% en la última década, y el segmento de café premium o de especialidad ha tenido un crecimiento anual de entre 8% y 10%.
¿Qué es exactamente el “café de especialidad”?
El término no es marketing vacío. El café de especialidad se refiere a aquel que ha obtenido una calificación de 80 puntos o más sobre 100 según la Specialty Coffee Association (SCA). Esto significa que proviene de granos de alta calidad, con trazabilidad, cuidados extremos en su cultivo, cosecha manual y un perfil sensorial que lo distingue.
En otras palabras, no es el café que compras molido en el súper y que lleva 8 meses en tu alacena.
Y aquí es donde entran los gramos. La cultura del café de especialidad se basa en la exactitud: la proporción entre café y agua, el tipo de molienda, el tiempo de extracción… todo cuenta. Así que sí, los 18 gramos para una V60 o los 21 gramos para una Aeropress no son una exageración: son el equivalente al “al dente” de un buen plato de pasta.
De la taza al estilo de vida
Más que una bebida, el café de especialidad se ha convertido en un ritual de autocuidado y expresión personal. Prepararte tu café por la mañana con tu balanza digital y tu molinillo manual se siente como una forma de meditación. Y para muchos, ir a una cafetería de especialidad ya no es solo para “tomar un café”, sino para disfrutar una experiencia sensorial, social y cultural.
Las redes sociales también han jugado un papel clave. En TikTok y YouTube abundan los videos de “coffee routines”, comparativas de métodos (Chemex vs Kalita vs espresso), y hasta retos de catas a ciegas. La etiqueta #specialtycoffee tiene más de 1.2 millones de publicaciones en Instagram, y crece cada semana.
Las cafeterías también se adaptan (y ganan)
Este cambio no es solo del consumidor. Las cafeterías lo han entendido: no basta con un buen espresso, hay que explicar el origen del grano, el método de extracción y el perfil de sabor. Algunas incluso incluyen en su menú la altitud de cultivo y el nombre del productor.
Y el negocio es jugoso: según un informe de Research and Markets, el mercado global de café de especialidad superó los 51 mil millones de dólares en 2022, y se espera que alcance los 117 mil millones para 2030, con una tasa de crecimiento anual del 11.3%.
¿Esto es una moda o llegó para quedarse?
Todo indica que el café de especialidad no solo llegó para quedarse, sino para evolucionar. Las nuevas generaciones están dispuestas a pagar más por calidad, sostenibilidad y trazabilidad. Además, el acceso a equipo casero (balanzas, molinillos, métodos manuales) se ha vuelto más fácil y económico, lo que alimenta el ciclo.
Así que sí, medir el café en gramos ya no es solo para baristas profesionales. Es el nuevo lenguaje de quienes quieren conocer lo que beben, apoyar prácticas justas, y disfrutar cada sorbo como si fuera el primero.
En resumen: La revolución del café ya está aquí, y viene en dosis pequeñas… y exactas.